La empresa respeta a todas las personas que la integran, independientemente de su sexo, raza, religión, creencias, o cualquier otro factor, por lo que se exige a sus trabajadores una conducta respetuosa con sus compañeros, igual que con los clientes.
Los trabajadores, los hombres y mujeres que componen su plantilla SON la Empresa. Por ello, se esperan unas relaciones mutuamente beneficiosas, basadas en la confianza, la corresponsabilidad, y el respeto.